Sentado pienso que te echo de menos, que me haces falta, que me hace falta oírte reír, que me hace falta ver tus ojos iluminados y tus mejillas sonrosadas. Me hace falta el roce de tus manos y tu piel. El contacto con tus labios y su dulce sabor.
Por suerte, aunque sea lentamente, el tiempo pasa, inexorable, y todo esto me hace feliz, ¿por qué? Porque pronto podré volver a tenerte entre mis brazos.
Te amo con locura mi niña de ojos verdes.